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Samsung y la guerra arancelaria

Samsung y la guerra arancelaria

Samsung es uno de los conglomerados tecnológicos más importantes del mundo, reconocido por su liderazgo en la producción de chips, smartphones y electrodomésticos. Su alcance global y su capacidad de innovación han sido claves para su éxito. Sin embargo, hay otro factor que marca la diferencia: su cadena de suministro diversificada.

En un momento tan delicado para el comercio internacional como la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos en abril de este año, la estrategia global de Samsung en materia de suministros ha cobrado aún más relevancia.

El caso de Samsung y la guerra arancelaria muestra cómo una cadena de suministros robusta y bien planificada puede ser decisiva para que las empresas afronten con éxito escenarios complejos, como esta nueva entrega del conflicto comercial entre Estados Unidos y China.

Contexto geopolítico

La guerra arancelaria iniciada por la administración Trump en abril de 2025 ha reactivado las tensiones comerciales a nivel global. Aunque las medidas arancelarias afectan a multitud de países, el conflicto cobra una dimensión mucho mayor en lo que respecta a China, que representa el principal competidor estratégico y económico de Estados Unidos en el escenario mundial.

La relación entre ambas potencias no solo está marcada por disputas comerciales, sino también por rivalidades tecnológicas, geopolíticas y de influencia global. En este contexto, cada decisión comercial afecta a las cadenas de suministro, sobre todo para las empresas tecnológicas que dependen de cadenas de suministro globalizadas y que operan en ambos mercados.

Aunque el Gobierno estadounidense ha eximido temporalmente de aranceles a ciertos productos tecnológicos, esta medida tiene una vigencia limitada de 90 días. Esto deja a las empresas en una situación de incertidumbre que obliga a anticiparse. Y ahí es donde Samsung cuenta con una ventaja competitiva clave: su cadena de suministro.

Estrategias de la cadena de suministros de Samsung

Gracias a su estrategia de diversificar la cadena de suministros, la empresa surcoreana ha logrado reducir su dependencia de un solo país. Mientras otros fabricantes, como Apple, siguen profundamente atados a China (produce el 80% de sus iPhones en China), Samsung ya cuenta con centros de producción en Corea del Sur, Vietnam, India, Eslovaquia, México, Brasil y Estados Unidos, lo que le permite responder de manera más ágil ante riesgos comerciales, logísticos o políticos.

La estrategia de Samsung no es casual, sino el resultado de una planificación estratégica basada en 5 puntos clave:

  1. Diversificación geográfica
    • Samsung opera centros de producción en múltiples países, lo que reduce su dependencia de un solo mercado y mitiga riesgos geopolíticos.
  2. Integración vertical
    • Controla muchas etapas de su cadena de valor, desde el diseño hasta la fabricación de componentes. Esto le da una ventaja frente a empresas que dependen de proveedores externos.
  3. Uso intensivo de tecnología
    • Emplea tecnologías como inteligencia artificial, big data y automatización para prever la demanda y ajustar la producción en tiempo real.
  4. Relación con proveedores
    • Samsung fortalece su relación con los proveedores al brindarles apoyo técnico, lo que le permite acceder a materiales de mayor calidad a un coste reducido, mejorando su rentabilidad.
  5. Sostenibilidad
    • Integra objetivos medioambientales y sociales en su cadena de suministro, alineándose con estándares internacionales de responsabilidad social corporativa.

El resultado de esta estrategia es una cadena de suministro resiliente y flexible. Esta estrategia no solo le permitió a Samsung sortear mejor la pandemia de COVID-19, sino que le otorga ventaja competitiva en esta nueva guerra arancelaria que apenas ha dado comienzo.

Lecciones de marketing geopolítico

La geopolítica es parte del negocio

Samsung demuestra que anticipar tensiones comerciales o conflictos entre potencias puede ser tan importante como innovar tecnológicamente. Hoy en día, cualquier empresa con proyección internacional no tiene más remedio que llevar a cabo estrategias de marketing geopolítico.

Diversificación como escudo geopolítico

La estrategia de Samsung de distribuir su producción en múltiples países reduce su vulnerabilidad ante eventos imprevistos, así como su exposición a sanciones, aranceles, bloqueos, guerras o pandemias.

La gestión de proveedores como diplomacia empresarial

El fortalecimiento de relaciones con proveedores locales no solo asegura materiales de calidad, también construye alianzas duraderas. En contextos de crisis o tensión, estas relaciones pueden funcionar como una forma de diplomacia empresarial en la que los proveedores locales prioricen a Samsung sobre el resto de sus competidores.  

La responsabilidad social corporativa como estrategia geopolítica

Integrar criterios sociales y ambientales en la cadena de valor fortalece la imagen de Samsung ante reguladores, gobiernos y consumidores, algo especialmente relevante cuando las empresas multinacionales operan en contextos de creciente escrutinio público.

Conclusión

El caso de Samsung y la guerra arancelaria subraya una verdad cada vez más evidente: la geopolítica ha dejado de ser un asunto exclusivo de los gobiernos y se ha convertido en un factor estratégico para las empresas. En un entorno global marcado por la incertidumbre, las decisiones empresariales ya no pueden basarse únicamente en criterios económicos o tecnológicos; también deben incorporar una lectura precisa de la geopolítica actual.

La diversificación geográfica, la gestión inteligente de proveedores y la integración de prácticas responsables no solo fortalecen la operatividad de Samsung, sino que refuerzan su posición en el tablero geopolítico. Su cadena de suministros se convierte así en una ventaja competitiva, que le permite resistir turbulencias, anticiparse a las crisis y aprovechar oportunidades frente a sus competidores.

Samsung no solo fabrica tecnología: fabrica resiliencia. Y esa puede ser la diferencia entre liderar un sector o quedar atrapado en medio de una guerra comercial.