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Cómo el Socialismo del siglo XXI expulsó a las marcas de Venezuela

Socialismo del siglo XXI

El Socialismo del siglo XXI es un concepto formulado en 1996 por el sociólogo alemán Heinz Dieterich Steffan, para superar los fallos del socialismo soviético, el capitalismo y el libre mercado, siendo sus mayores impulsores Hugo Chávez y, posteriormente, Nicolás Maduro. Veamos el “éxito” que ha tenido en Venezuela: 

Venezuela, que en otro tiempo fue uno de los países más atractivos de América Latina para las multinacionales, hoy figura como uno de los peores ejemplos del impacto de políticas económicas y autoritarias sobre la inversión extranjera.

En estas dos últimas décadas, el país ha visto la salida de decenas de marcas globales, que, durante años, operaron sin problemas en su territorio, viendo cómo cerraban o eran expropiadas por las políticas iniciadas por Hugo Chávez y continuadas, de forma terrorífica, por Maduro, creando un ambiente extremadamente hostil para los negocios.

El éxodo de las grandes marcas

La lista de empresas que han abandonado Venezuela es amplia y diversa, tocando sectores como consumo masivo, automotriz, alimentación y moda. Entre ellas se encuentran:

Consumo masivo y alimentación

Clorox (2014), Kimberly-Clark (2016), Colgate-Palmolive (2018), Avon (2022), Belcorp (2014), General Mills (2016), Kellogg’s (2018), Cargill (2020)

Automotriz

General Motors (2017), Bridgestone (2016), Pirelli (2018), Goodyear (2018)

Moda y lujo

Louis Vuitton (2010), Inditex (2021)

Aerolíneas

Alitalia (2014), Air Canada (2014), Lufthansa (2016), United Airlines (2017), Avianca (2017), Delta (2017)

Otras multinacionales

Mattel (2012), EFCO (2014), Citibank (2021), Telefónica (salida anunciada en 2025)

Fuentes: Descifrado, Diario Financiero y El País.

La retirada de estas empresas, especialmente en el sector de consumo masivo, no solo supuso una pérdida de inversión extranjera y puestos de trabajo, sino que tuvo un impacto inmediato en la vida diaria de la población. La desaparición de marcas de alimentación, higiene y cuidado personal redujo drásticamente la oferta de bienes básicos y agravó la escasez.

El impacto en la inversión extranjera

La salida progresiva de multinacionales tuvo un reflejo inmediato en los flujos de inversión extranjera. Según datos del Banco Mundial, Venezuela pasó de recibir 5.860 millones de dólares en inversión extranjera directa en 2011 a registrar salidas netas de capital extranjero de 299 millones en 2017. Desde entonces, la inversión permanece en niveles mínimos, reflejando una economía aislada y deteriorada.

Evolución de la inversión extranjera directa en Venezuela, 2011–2024. Socialismo del siglo XXI
Gráfico: Evolución de la inversión extranjera directa en Venezuela, 2011–2024.
Fuente: Banco Mundial / FMI.

Socialismo del siglo XXI: dictadura, escasez, pobreza y éxodo

El motivo de la salida del capital extranjero, es el resultado de las políticas llevadas a cabo por Hugo Chávez y continuadas por Maduro, que en las dos últimas décadas han transformado de forma profunda el entorno económico y social de Venezuela.

Venezuela se encuentra en su octavo año consecutivo de dictadura, desde que en 2017 la Asamblea Constituyente eliminó al Parlamento, donde la oposición tenía mayoría absoluta, absorbiendo todos los poderes del Estado en uno solo, borrando cualquier apariencia de democracia y mostrando así el verdadero rostro de la revolución bolivariana iniciada por Hugo Chávez. Desde entonces, el régimen de Nicolás Maduro ha reprimido a la oposición con fuerza.

Este proceso ha ido acompañado de:

  • Control económico absoluto: controles de precios y de cambio de divisas que han asfixiado al sector productivo trayendo escasez.
  • Expropiaciones y amenazas jurídicas: intervención del Estado en empresas privadas, generando inseguridad jurídica.
  • Represión política sistemática, con detenciones arbitrarias y persecución de opositores que también han impactado en el clima empresarial.
  • Colapso económico: la economía venezolana sufrió su mayor golpe con las caídas sucesivas del precio del petróleo, esto, unido a una mala gestión durante años, provocó que la producción pasara de 3,2 millones de barriles diarios en el año 2000 a apenas 527.000 en el 2020, siendo el petróleo el pilar de la economía venezolana.
  • Colapso social: corrupción institucional, violencia y homicidios en la calles, caldo de cultivo para la proliferación de bandas criminales y, como consecuencia, migraciones masivas. ACNUR calcula que han salido del país 7,9 millones de personas, impulsadas por falta de oportunidades, alimentos y seguridad.    

El resultado de estas políticas es una economía que dejó de ser competitiva y atractiva para el capital extranjero, impulsando a las grandes marcas a marcharse y a los venezolanos a emigrar en masa.

Conclusión

El Socialismo del siglo XXI, lejos de corregir fallos del sistema económico y social, terminó destruyendo el entorno necesario para la inversión, la producción y la creación de empleo.

Los controles de precios y divisas, las expropiaciones de empresas, la mala gestión de su sector clave (petróleo), la corrupción institucional y la deriva autoritaria terminaron de socavar la economía venezolana y, por consiguiente, la salida de las grandes multinacionales. 

En definitiva, el Socialismo del siglo XXI ha convertido un país próspero, lleno de recursos naturales, situado en un enclave geográfico estratégico, en un país pobre, corrupto, dictatorial y aislado.